Dormido es mejor soñando

Si hay una canción que me encanta escuchar y repito casi hasta al aburrimiento es Seguiremos de Macaco

La pongo muchísimas veces, a los enanos les encanta; es escucharla y ambos quedan parados y atónitos escuchándola. He de decir que es casi un himno a veces en mi casa por la mañana, una canción totalmente motivacional.

Seguro que la conoces, es imposible que te haya pasado desapercibida: un mensaje claro, unas imágenes desgarradoras, un optimismo totalmente contagiable. Es tan necesario esa llamada de atención…

Ahora te cuento por qué ésta introducción. Hace poco mi madre me dijo que era una idealista. ¿Por qué no? Puede que en ocasiones el desánimo sea muy apetecible e, incluso, necesario. Todos tenemos un día gris, algo mustio, donde la positividad no la encontramos así nos den con ella en las mismísimas narices. Si estás en uno de esos días, no pasa nada; la melancolía es un estado totalmente humano y racional. Lo que no puedes dejar es que perdure mucho tiempo.

Pero cuando  escuchas canciones como Seguiremos, te das una colleja a ti mismo. Porque a veces merecemos una bien dada, ¿no crees? Los sueños siempre los tenemos ahí: de pequeños son unos y de adultos… a veces seguimos con la misma idea y, otras veces, esos deseos crecen con nosotros transformándose.

Hazlo posible

Muchas veces a los peques cuando no saben hacer algo y se les hace muy cuesta arriba, les animamos a intentarlo pero en ocasiones se nos olvida lo difícil que es aprender algo totalmente nuevo. Incluso a nosotros mismos nos puede costar horrores crear nuevos hábitos o adentrarnos en nuevas materias. ¿Por qué ellos van a ser distintos? Tal vez por qué asumimos que son como esponjas. Insistimos y ellos nos miran ojipláticos, perplejos, dudan pero confían. Y poco a poco van aprendiendo, lo van consiguiendo. Que fácil es dar consejos…

Por eso esta vez sólo quiero recordarme y recordar el mensaje de la canción, en todas sus voces. Impregnarme de la letra, pensar lo difícil que es, desde bien pequeños, ir haciendo las cosas. «Si dicen perdido, yo digo buscando, si dicen no llegas, de puntillas alcanzamos».

Así se sentirán muchas veces: perdidos, desorientados, duermiendo en un mundo muy grande. Con sueños muy grandes. Y nosotros los aleccionamos con la certeza de que sabemos como hacerlo mejor. ¿Seguro? Tal vez viéndolos a ellos nos demos cuenta que podemos aprender también nosotros.

No olvidemos qué es aprender, para poder enseñarles a ellos.